La inteligencia artificial (IA) despierta todo tipo de preguntas sobre su aplicación en el mundo real. A continuación te contamos qué es la inteligencia artificial, cómo funciona, cuáles son los usos principales que tiene hoy y hacia dónde se dirige.
¿Qué es la IA?
La IA busca procesar y responder a los datos como lo haría cualquier humano. De hecho, los desarrolladores están convirtiendo una amplia gama de aplicaciones a inteligencia de tipo humana.
Se clasifica en general en las siguientes tres categorías; pero todavía hay desacuerdo sobre las definiciones exactas de qué es la inteligencia artificial y, mucho menos, si son posibles.
La inteligencia artificial débil
La inteligencia artificial débil (o «inteligencia artificial estrecha») es donde se ha concentrado hasta ahora el trabajo. Está enfocado en ejecutar una sola tarea y, por tanto, las interacciones son limitadas.
Algunos ejemplos son: revisar los informes meteorológicos, controlar dispositivos domésticos inteligentes o darnos respuestas a preguntas generales que se obtienen de una base de datos central (Wikipedia, etc.).
Se pueden unir varias IA estrechas para ofrecer un servicio más completo: Alexa, Google Assistant, Siri y Cortana son ejemplos; e incluso las formas actuales de automóviles autónomos. Como no puede pensar por sí misma y carece de la capacidad de entender el contexto, en algunas ocasiones entrega respuestas sin sentido.
La inteligencia artificial fuerte
La IA fuerte (o «inteligencia artificial general») es hacia donde vamos. Esta, tiene la capacidad de comprender el contexto y puede hacer juicios. Con el tiempo, aprende, es capaz de tomar decisiones, incluso en tiempos de incertidumbre o sin información previa disponible, hacer uso de la razón y la creatividad. En la teoría, funcionarían como un cerebro humano. Hasta ahora no se ha logrado, aunque la mayoría cree que se podría alcanzar este siglo.
La inteligencia artificial súper
En el futuro lejano, la inteligencia artificial puede llegar a ser superior a los humanos en todos los aspectos. Los robots, serían capaces de pensar por sí mismos y operar sin ninguna participación humana. Esto suena como una distopía parecida a Skynet, con el final de la humanidad; pero también podría ser el comienzo de una era de innovación.
Otra clasificación de la IA
La IA también se puede clasificar según su funcionamiento; lo que es importante cuando se considera qué tan complejo es un sistema de inteligencia artificial y su costo final. Si una empresa crea una solución de inteligencia artificial, la primera pregunta debe ser: «¿Aprenderá vía de la capacitación o inferencia?».
La IA está diseñada para aprender y mejorar con el tiempo, y ajustar sus conjuntos de datos y partes de sus procesos. Las plataformas fuertes y súper podrán lograrlo; pero la IA débil no; ya que la cantidad de potencia de procesamiento necesaria es tan grande que la hace costosa.
Inferencia e inteligencia artificial
La mayoría de las IA débiles están diseñadas para analizar datos y extraer conclusiones en pasos cuidadosos, un método más barato y menos costoso desde el punto de vista computacional.
Por ejemplo, para responder a la pregunta «¿Cuál fue el resultado del partido de ayer?», una IA podría inferir: «debo encontrar datos para los resultados de partidos de ayer en una lista de datos deportivos confiables, los compararé con los equipos favoritos establecidos en la configuración e informaré los resultados por audio».
Si bien es útil, si la respuesta no era la que el usuario buscaba, este tipo de IA tiene poca capacidad de adaptarse. Un humano debe involucrarse para hacer que sus respuestas sean más relevantes.
Estas definiciones solo se consideran una guía general sobre qué es la IA y otras pueden tener descripciones distintas. De todos modos, hay ejemplos de la inteligencia artificial actual que vale la pena discutir.
Asistentes de voz con IA
Siri, Cortana, Alexa y otros asistentes de voz se están volviendo más comunes, convirtiéndose en el «rostro» de la inteligencia artificial moderna. Un subconjunto creciente son los Chatbots, que administran los mensajes en sitios web y mantienen conversaciones en línea.
Traducción con IA
No se trata solo de traducir el idioma. También se trata de traducir objetos, imágenes y sonidos en datos, que luego se pueden usar en varios algoritmos.
Sistemas predictivos con IA
Estas IA analizan datos estadísticos y sacan conclusiones valiosas para gobiernos, inversores, médicos, meteorólogos y, en general, casi todos las áreas donde las estadísticas y la predicción son importantes.
Marketing con IA
Estas IA analizan a los compradores y su comportamiento, luego eligen tácticas, productos y ofertas que mejor se ajustan a ellos. Actualmente hay una serie de cruces entre estas herramientas y los asistentes de voz en este momento.
Investigación con IA
Las IA de investigación como Iris buscan en documentos y estudios complejos para obtener información específica, generalmente a velocidades más altas que el motor de búsqueda de Google.
Conciencia con IA
Vigilan y reportan eventos inusuales cuando los humanos no pueden hacerlo. Uno de los ejemplos más complejos de esto es la detección de robo, que reporta un comportamiento inusual.
En esa línea también están los autos autónomos, que utilizan sistemas de IA para detectar peligros y elegir el curso de acción apropiado.
Software de edición con IA
Estas IA básicas miran imágenes o texto y localizan formas en que podrían mejorarse.
Hacia dónde se dirige la IA
La IA está mejorando, al menos esa es la percepción, porque los desarrolladores están enlazando varias plataformas, aunque estas no dialogan.
Por ejemplo, Alexa puede hacer partir tu automóvil, pero no puede usar las condiciones climáticas para ajustar los sistemas de aire acondicionado del coche.
Las empresas invierten mucho en IA y mientras estén dispuestas a hacerlo, las cosas se moverán rápidamente. Pero todavía hay barreras, como una recesión económica, desafíos computacionales e incluso obstáculos morales y filosóficos, por lo que el camino hacia un Skynet podría ser largo.
¿Es peligrosa la inteligencia artificial?
Las IA son largas cadenas de respuestas programadas y recopilaciones de datos instantáneos, sin la capacidad de tomar decisiones verdaderamente independientes. De esa forma, la maldad está definitivamente fuera de la mesa por el momento. Pero eso no quiere decir que el error humano pueda hacerlos así.
Por ejemplo, si una IA predice tormentas la próxima semana, se pueden enviar recursos y advertencias para que esa zona se prepare. Pero si aparecen en otro lado, esa predicción inexacta podría haber puesto en riesgo vidas.
Nadie culparía a la inteligencia artificial, sino que mirarían las entradas de datos y ajustes de algoritmos. Al igual que otros tipos de software, las IA son herramientas complejas en beneficio de las personas. Hoy sabemos que la inteligencia artificial es en gran medida inofensiva y útil para el mundo en general.
Pero eso podría cambiar en un futuro lejano, y en ese momento deberemos tener una discusión seria sobre cuánto de nuestras vidas estamos dispuestos a entregar a las máquinas.
La supercomputadora con inteligencia artificial
En la conferencia denominada Build, Microsoft presentó una supercomputadora potenciada con inteligencia artificial, un dispositivo único que permitirá realizar actividades de alto nivel en forma eficiente. Para su fabricación, la compañía utilizó la nueva infraestructura basada en Azure, creada para entrenar modelos de inteligencia artificial extremadamente grandes.